AFIRMACION Y RENUNCIAMIENTO DEL MNS
QUE SIGUEN VIGENTES HASTA HOY
Nacionalsocialistas de Chile:
Debéis afirmar, en todo momento y lugar, la idea de Patria, prestando y haciendo prestar acatamiento respetuoso a sus símbolos sagrados.
Debéis afirmar la grandeza de La República, contribuyendo a ella con todos vuestros actos.
Debéis renunciar a todo egoísmo.
Debéis renunciar a toda vinculación política, que os obligue a sustentar ideales distintos o contrapuestos con los del Nacismo.
Al Nacismo no debe llegar nadie buscando amparo personal, pues nuestro Movimiento no favorece el logro de mezquinas o materiales ambiciones.
Al Nacismo no se entra tras un destino; cada nacista debe formar el suyo.
El nacista es un soldado de la causa y un jefe en sí mismo. No acogemos al inválido de espíritu ni al ciudadano sin carácter. Nuestro Movimiento ha menester de soldados decididos y perseverantes, disciplinados y conscientes.
El honor más grande del nacista es la responsabilidad. Entre nosotros, siempre el más honrado será el más responsable. Por penosa, arriesgada o difícil que sea la orden que recibe el nacista, debe cumplirla sin titubeos. La serenidad y la justicia inspiran al que la imparte, porque nuestro JEFE elige a sus colaboradores entre los más capaces y los más experimentados.
¡Chileno a la Acción!
Debéis afirmar, en todo momento y lugar, la idea de Patria, prestando y haciendo prestar acatamiento respetuoso a sus símbolos sagrados.
Debéis afirmar la grandeza de La República, contribuyendo a ella con todos vuestros actos.
Debéis renunciar a todo egoísmo.
Debéis renunciar a toda vinculación política, que os obligue a sustentar ideales distintos o contrapuestos con los del Nacismo.
Al Nacismo no debe llegar nadie buscando amparo personal, pues nuestro Movimiento no favorece el logro de mezquinas o materiales ambiciones.
Al Nacismo no se entra tras un destino; cada nacista debe formar el suyo.
El nacista es un soldado de la causa y un jefe en sí mismo. No acogemos al inválido de espíritu ni al ciudadano sin carácter. Nuestro Movimiento ha menester de soldados decididos y perseverantes, disciplinados y conscientes.
El honor más grande del nacista es la responsabilidad. Entre nosotros, siempre el más honrado será el más responsable. Por penosa, arriesgada o difícil que sea la orden que recibe el nacista, debe cumplirla sin titubeos. La serenidad y la justicia inspiran al que la imparte, porque nuestro JEFE elige a sus colaboradores entre los más capaces y los más experimentados.
¡Chileno a la Acción!
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